viernes, 7 de febrero de 2014

La luz

 Los cuerpos que emiten luz se llaman fuentes luminosas, y según su origen, podemos clasificarlos en:

Naturales, como el Sol y el resto de las estrellas. 
Artificiales, como las bombillas.

La luz es una forma de energía. El sol emite grandes cantidades de energía en forma de luz y de calor, suficientes para iluminar y calentar la Tierra y los demás planetas del sistema solar. El fuego de una chimenea o una bombilla encendida también emiten luz y calor.
La energía luminosa puede transformarse en otras formas de energía, como calor o energía eléctrica.

                                  Los cuerpos y la luz

Podemos ver los objetos porque emiten luz o porque la reflejan. Si un objeto no emite o refleja luz no podemos verlo.
La luz, al ser una forma de energía, puede producir cambios en algunos cuerpos. Por ejemplo, puede oscurecer nuestra piel, o ser utilizada por las plantas para fabricar sus propias sustancias nutritivas.


                               La propagación de la luz


La luz emitida por una fuente luminosa es capaz de llegar hasta otros objetos e iluminarlos. Este recorrido de la luz desde la fuente luminosa hasta los objetos, se denomina rayo luminoso.
La luz se propaga siempre:
  • En línea recta.
  • En todas las direcciones.
  • A gran velocidad, a 300.000 kilómetros por segundo.


            Materiales transparentes, translúcidos y opacos.

• Materiales transparentes: 
Dejan pasar casi totalmente la luz que les llega. A través de ellos podemos observar los objetos que se encuentran detrás. Ejemplos: el agua pura y el vidrio.

• Materiales translúcidos:
Dejan pasar solo una pequeña parte de la luz que les llega. No podemos ver con claridad los objetos que están situados detrás de ellos. Ejemplos: el vidrio esmerilado y el papel de seda.

• Materiales opacos:
No dejan pasar la luz que les llega. No podemos ver los objetos que hay detrás de ellos. Ejemplos: madera, metal o mármol.

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